sábado, 14 de abril de 2012

Kipling

Poco a poco voy intentando dar un nuevo contenido a este blog. Comenzó siendo un diario de las carreras populares que hacía y de los entrenamientos diarios o semanales. Empecé al tiempo a poner alguna que otra foto de mis viajes o de los eventos que hacía con mis amigos. Cada vez más, posiblemente por la distancia, voy sintiendo la necesidad de escribir otro tipo de cosas como es el caso de esta entrada.

El poema del "Si" de Rudyard Kipling me llegó hace muchos años a través de mi padre y desde entonces lo he tenido siempre presente. Siempre lo tengo en mi lugar de trabajo para que cuando pierda el norte pueda echarle un vistazo e intentar retomar la situación con la cabeza en su sitio. Nunca puedo evitar alguna lágrima cuando lo leo porque no deja de ser, en mi opinión, el poema que mejor define como habría que comportarse en la vida, aunque nunca es fácil lograrlo al cien por cien. Hay muchas traducciones del poema ya que el original es en inglés. Os dejo la que más me gusta:

Si guardas en tu puesto la cabeza tranquila,
cuando todo a tu lado es cabeza perdida.
Si tienes en ti mismo una fé que te niegan
y no desprecias nunca las dudas que ellos tengan.


Si esperas en tu puesto, sin fatiga en la espera.
Si engañado, no engañas.
Si no buscas más odio, que el odio que te tengan.
Si eres bueno, y no finges ser mejor de lo que eres.


Si al hablar no exageras, lo que sabes y quieres.
Si sueñas y los sueños no te hacen su esclavo.
Si piensas y rechazas lo que piensas en vano.
Si alcanzas el TRIUNFO o llega tu DERROTA,
y a los dos impostores les tratas de igual forma.


Si logras que se sepa la verdad que has hablado,
a pesar el sofisma del orbe encanallado.
Si vuelves al comienzo de la obra perdida,
aunque esta obra sea la de toda tu vida.


Si arriesgas de un golpe y lleno de alegría,
tus ganancias de siempre a la suerte de un día,
y pierdes, y te lanzas de nuevo a la pelea,
sin decir nada a nadie, lo que eres, ni lo que eras.


Si logras que los nervios y el corazón te asistan,
aun después de su fuga, en tu cuerpo en fatiga,
y se agarren contigo, cuando no quede nada,
porque tú lo deseas, lo quieres y mandas.


Si hablas con el pueblo, y guardas la virtud.
Si marchas junto a Reyes, con tu paso y con tu luz.
Si nadie que te hiera, llega a hacerte la herida.
Si todos te reclaman, y ninguno te precisa.


Si llenas el minuto inolvidable y cierto,
de sesenta segundos, que te llevan al cielo.
TODO lo de esta tierra será de tu dominio, 
Y mucho más aún... ¡serás un HOMBRE, hijo mio!

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