Esta mañana tocaba un prueba dura: hacer en bicicleta el anillo ciclista de Madrid con mi amigo Miguel. La idea era haberlo hecho ayer pero después de la nevada que cayó el viernes por la noche y la rasca que hacía nos daba un poco de pereza quedar el sábado por la mañana. Así que finalmente esta mañana a las 8.30 nos hemos encontrado en el km 0,0 del anillo, al norte de Madrid. Yo estaba un poco reacio porque son 64 km. con un desnivel de 500 m. y porque mis experiencias recientes con la bicicleta se resumen a las clases de spinning.
Los primeros kilómetros se han hecho algo duros porque todavía hacía algo de frío y se notaba sobre todo en las extremidades. El frío se colaba por las zapatillas y por los guantes como un cuchillo. Menos mal que a los 20 minutos ya estábamos aclimatados y dando pedaladas con bastante ánimo. Hay que tener en cuenta que el punto inicial es el punto de mayor altitud del anillo ciclista lo que quiere decir que los últimos kilómetros iban a ser los más duros y en consecuencia los primeros más suaves. Esta es la altimetría medida por el Garmin esta mañana.
Las dudas sobre el estado de forma se despejaron en pocos kilómetros; estaba bastante mejor de lo que pensaba. Me he dado cuenta que los kilómetros que llevo en las piernas desde hace 9 meses a base de correr se han notado positivamente para la bicicleta. Las subidas se me hacían duras pero llevaderas y en llano me encontraba bastante a gusto. La cadencia de pulsaciones ha sido muy suave con una media cercana a las 130 ppm y pocos picos por encima de 160 ppm.
El anillo es una verdadera maravilla porque se recorre toda Madrid. Hemos empezado en las Tablas, para recorrer San Chinarro, Canillejas, el Estadio Olímpico (la Peineta), Las Rosas, el Parque del Manzanares (muy bonito y con mucho ambiente en domingo), el Hospital 12 de Octubre, que es más o menos el punto medio del recorrido, San Francisco (uno de los puntos de más pendiente y más duro del camino), Aluche y La Casa de Campo. En el lago nos hemos parado a descansar un poco y a tomar un café con algo de fruta que llevábamos. Los restaurantes de la casa de campo parecían el punto de partida de un Tour o un Giro porque estaban llenos de ciclistas tomando cervezas y haciendo una parada.
Desde la Casa de Campo solamente quedaba subir y subir desde los 590 m. a los 710 m. finales y además nos ha costado coger de nuevo el ritmo después de parar 20 minutos. Especialmente duras se han hecho las cuestas de Montecarmelo, pero la cercanía al final nos ha dado fuerzas para subirlas como buenamente hemos podido. El último kilómetro y medio ha sido de bajada de descanso y de celebración porque para nosotros ha sido como terminar una vuelta ciclista.
