viernes, 20 de mayo de 2011

Incredible India (II): Delhi

Seguimos con la crónica del viaje a India. El primer día llegamos a Delhi y nos sorprendió el bullicio y el movimiento de la ciudad. Hemos viajado bastante, relativamente hablando, pero casi siempre a países del primer mundo, de manera que Delhi nos impactó desde el primer momento.
El hotel tenía nombre de restaurante americano, Hotel Star Rocks, lo cual no auguraba un hotel muy lujoso, pero estando en India cualquier sitio es bueno. Efectivamente era un hotel bastante discreto, con algún mosquito en la habitación, pero que nos permitió dormir bien la noche que llegamos.

Desde que nos recoge la furgoneta por la mañana, hay varios factores que nos acompañarían durante el resto de viaje: miseria en todas las esquinas, caos circulatorio y claxón sonando todo el tiempo. De hecho en el primer semáforo había niños pidiendo como nunca hemos visto en España: suciedad y miseria de una forma brutal. Nos dirigimos al Qutb Minar, un magnífico ejemplo de arte islámico. Está dentro del complejo Qutb y tiene el alminar de ladrillos más alto del mundo con 72,5 metros. Una de las cosas que más nos sorprende es la cantidad de turistas indios que visitan los monumentos de Delhi. Si vas a Sevilla o a Madrid verás a un montón de "guiris" visitando la Catedral, el Alcazar o la Plaza Mayor y a pocos nacionales, pero en India (excepto en el Taj Mahal) es justo al contrario; el porcentaje de visitantes indios es mucho mayor que el de extranjeros.

En estos momentos del viaje estamos absorbiendo toda la información visual que nos llega: la gente, los puestos de refrescos "cagaléricos", los coches, los animales, en fin, un mundo totalmente diferente. Tampoco nosotros pasamos inadvertidos; la gente nos mira como si fuéramos marcianos.

Nuestro guía ya nos comenta la importancia de la religión en este país. En los siguientes días lo íremos comprobando más y más pero de forma somera hay que decir que para ellos Dios es prácticamente el que guía sus vidas. Desde los matrimonios hasta la circulación. Si no pasan más cosas es porque ellos mismos nos dicen que Dios está velando por ellos. A esto se une la cantidad de religiones presentes en el país. De hecho nuestra siguiente visita es el Templo de Flor de Loto, construido por los miembros de la religión Bahai que tiene repartido varios templos por otras ciudades de otros países del mundo.


Emplazado en medio de un gran parque nos lo encontramos llenos de personas rezando y visitándolo. Es un edificio impactante y que recuerda muchísimo a la Ópera de Sidney.

Como es el día después de la llegada, estamos aún un poco cansados y al día siguiente llega el resto del grupo para ver lo que falta de Delhi, terminamos la jornada visitando los jardines de Lodi. Ya a esta hora, aproximadamente la una de la tarde, el sol que cae es de justicia y la temperatura debe estar en torno a 35ºC. Suerte que es la época seca porque este calor con humedad debe ser insoportable. El Lodi Gardens es un inmenso pulmón dentro de la contaminada Delhi con una superficie de 360.000 m2. Lleno de parejas jóvenes y de alguna familia ya que estamos en sábado, es un sitio bastante tranquilo para desconectar del tráfico que hemos sufrido en las horas anteriores.


Después de comer en sitio típico para turistas (increíble que de vez en cuando eche de menos el sabor de la comida india) con algo de arroz, pollo tandori y el fantástico pan Naan hecho con queso o ajo, nos volvemos para el hotel para acostarnos directamente a dormir el impacto y el efecto del viaje. 

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