Pues eso, que después de cuatro o cinco días entre fiebres, toses y dolores de garganta ya es hora de empezar a volver a la actividad física. Hoy no creo que vaya a trotar mucho pero mañana y pasado ya me apetece salir a correr un poquito. Dentro de lo malo hay que ver la parte positiva y es que yo pensaba que al final no iba a hacer un solo kilómetro esta semana y si todo va bien haré unos 20 entre sábado y domingo.
Recuerdo que mi última gripe/constipado/como quiera llamarse fue en enero de 2006. En aquel momento fue claramente por stress y en este ocasión también creo que ha jugado un cierto papel la puñetera tensión laboral aunque han actuado otros factores como la alergia y la contaminación que tenemos estos días en Madrid. Muchas veces me planteo hacer como Daniel Day-Lewis e irme a un pueblecito (no tiene porque ser en la Toscana, pero no me importaría) a aprender un oficio y vivir del trueque o de la solidaridad que existe en los pueblos pequeños. Hace unas semanas vino mi primo a Madrid y me contaba la tranquilidad que le genera vivir en un pueblecito de montaña de 800 habitantes en el que todo el mundo se conoce. Tengo que confesar que me dio cierta envidia, pero creo que todavía soy demasiado urbanita para eso aunque me encantaría disfrutarlo algún día.
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